Como es de conocimiento mundano, la final de la copa mundial de fútbol se acerca, con un partido que yo no habría previsto ni aunque me hubiera puesto a analizar todas las posibilidades. Cuando este campeonato comenzó el 9 de junio, estaba feliz de ver ganar a equipos sudamericanos y africanos (yo y mis causas) y ver que alguno clasificaba para octavos de final, luego en cuartos ya era claro que la copa se quedaría en Europa, pero yo apostaba a una final entre Francia y Alemania. Debo admitir que la Azurri (Italia) me sorprendió y lo que si está clarísimo es que el fin de semana estaré frente al televisor para ver los partidos finales y las ceremonias de premiación y clausura junto a tantos otros televidentes al rededor del mundo. El otro dia leyendo National Geographic, vi que el mundial es el evento deportivo más visto en el mundo, con lo que se puede afirmar que es el deporte más popular. Mi corazón se divide entre el mundial y Wimbledon, pero por suerte transmiten los partidos en horarios distintos. Si bien me paso el dia frente a la tele, tampoco tengo muchas alternativas ya sea por el presupuesto de austeridad en el que estoy, o por el frio polar que hace estos dias.
Pues ahora que se enfrentan Francia e Italia, y ninguno es de mis favoritos, solo digo: Que gane el mejor!
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